
Era una noche un tanto fantasmagórica, todo daba miedo y el perro no paraba de temblar. Las raquíticas ramas de lo árboles se quebraban con facilidad; mientras, una densa niebla se formaba en torno a mí. El frío entumecía mis músculos y mis ideas, y entonces vi la cara de un león; pero lo que me importaba no era el destino si no el camino recorrido.

Por lo pronto encontrar un lugar donde alojarme resultaba una broma, las avenidas se ramificaban ausentes mientras yo caminaba y pensaba en lo que habían dicho antes: el pájaro es la clave…el pájaro es la clave, si lo pierdes de vista no habría nadie quien te guíe; por esto perdí a mi mejor amigo en la guerra. Así que fui corriendo hasta la gente y de repente vi algo que me dejó perplejo. Un hombre hacía el pino rodeado de palomas, estas le rodeaban piando y organizando tal escándalo para arrancarle los ojos, pero él sabía que no lo lograrían, ya que tenía los ojos de cristal; así que le robó el sharingan porque era algo muy típico de su familia.

Mi familia es de una época muy antigua, me la traje en uno de mis viajes al pasado. Estaba asustado, era la primera vez que viajaba a aquella época pero iba acompañado de ella, así que estaba tranquilo. Un extraño sentimiento se apoderó de su ser y no sabía por qué, pero se encaminó hacia la estación con las manos vacías y sin rumbo fijo, sólo viajar. Metió sus lápices de colores y sus acuarelas en la maleta y empezó a caminar. No pesaba mucho pero le costaba tirar de la maleta, como si llevase mil piedras dentro. Pese a todo decidí que ya no me importaba: podría soportar lo que me echaran porque me sentía feliz; estaba a su lado, con su sonrisa, su voz tan calurosa, le quería y no me importaba nada. Y fue en ese apogeo sentimental momentáneo que estaba sintiendo, cuando afrontó la verdad que no quería creer, ahora ya creía en todo y entonces sí que pude soportar todo lo que me echaran por siempre y jamás.
Con esta base, desde el principio se me ocurrió una idea y por ello he creado este poema:
Parecía estar en un sueño que no recordaba,
una esquina sinuosamente colocada,
un letrero que anunciaba una llegada,
un ladrido que de lejos se escuchaba.
Las vías paralelas me guiaban
en su brillo amargo algo se reflejaba:
era la cara de un león que me amenazaba,
pero sólo era el sol que de lejos me acompaña.
El frío recorría celosamente mis párpados,
miraba el camino por donde había andado
¡qué oscuridad! Aquella que había dejado,
seguiré caminando, con mi maleta en la mano.
Unos pájaros sobrevolando mi pelo
tuve que agacharme con un gran miedo;
sólo recordaba aquellas palabras,
aquellas que decían que siguiera a la bandada.
Mi horror al ver lo que hacían las malvadas
un pobre hombre que sin ojos ya vagaba
¿qué habría hecho el pobre ciego en su vida?
¿Qué habría hecho para tal agonía?
Cerré mi corazón para olvidarme de la escena,
saqué mis acuarelas para volver a meterlas,
pensé que en aquel lugar las necesitaría;
ahora veo que no,
el color me embriaga con su alegría.
Es distinto a como yo pensaba,
es perfecto por su armonía y su calma,
se acercan a mí aquellos que tanto amaba
me abrazan tan fuerte que me olvido de mi casa.
Aviones que a tantos sitios me llevaron,
trenes que por amor me apasionaron,
pero es el último viaje el que más me ha cambiado,
aquel fin eterno que siempre me ha esperado.
FUENTES FOTOS:
1. http://wwwnaturalezaenpeligro.blogspot.com/2010/08/palomas-en-peligro.html
2. http://wwwkakashiuchiha.blogspot.com/