martes, 11 de enero de 2011

Recuerdos


En el mismo instante en que dijiste adiós
una lágrima en mi rostro se hundió,
y pude saborear su triste desdicha;
porque como ella, tú un día te sentías.
Cogiste mi alma y la tiraste contigo,
sentí mis sueños enterrados vivos
y recordé aquellas palabras que de valor me armaban,
cuando vi tu rostro; ya no eran nada.

Echo de menos aquella voz de tono amargo,
el terciopelo suave que se enrollaba en mi regazo;
creí que todo terminaría y tú volverías,
porque aunque el tiempo pasara, siempre lo hacías.
Olvidé la sonrisa en aquel tintero,
caí en la desesperanza buscando un sueño,
y me di cuenta una mañana, que era tu alma
la que me guiaba por un mar de calma.
Eres tú quien arropa mis silencios,
quien enciende luz en todo mi Universo,
el que me enseña los pasos a seguir
y avanza por el sendero cuidando de mi.
Sé que estás ahí: en ese lugar,
en ese eterno.
Pero sé que estás aquí: en esta habitación,
armándome de sueños.
Esos sueños que un día de ti volaron,
esas armas que por dolor se derrumbaron;
ahora soy yo la que guarda tu recuerdo
y aunque el tiempo pase, yo en mi te llevo.

Extendiste los brazos para abrazar el llanto,
meciste el viento en el frío invierno,
empuñaste la espada que un día tú llevabas
y la dejaste caer con todos los que te amaban.

Este poema es para todas aquellas personas que hayan perdido a alguien, pero sobre todo para aquellas que no esperaban que un día esa persona que siempre había estado ahí, nunca más volvería.
Quiero hacer hincapié con estas estrofas, que todo el mundo es importante, y que siempre, aunque nos hunda la tristeza, hay un camino iluminado y hay alguna persona que te extraña, que piensa en ti o simplemente que te quiere.
Parece que en muchos momentos no vemos escapatoria, y la tenemos delante de nosotros, pero decidimos coger otro camino que nos hunda aún más, porque somos así. El problema es que si no nos damos cuenta, y cometemos el peor de los errores, no sólo caemos nosotros, caen todos los de nuestro alrededor.

1 comentario:

  1. Ains, qué triste!
    A veces no somos conscientes de lo que significamos para los nuestros, tendemos a fijarnos más en qué significan ellos para nosotros, pero, al fin y al cabo, aquí todos somos una piña y si nos falta una pieza, ya el puzzle no luce igual. Muy bonito el poema Atte :)Un besazo!! ;)

    ResponderEliminar